Sin embargo, somos inversores a largo plazo. Nuestro trabajo consiste en evaluar el panorama económico y de inversión de China para un futuro a largo plazo. Creemos que existen cinco grandes temáticas que marcarán el camino de China hacia una mayor prosperidad: las cuestiones aspiracionales, digitales, verdes, de salud y de riqueza.
A partir de ahora analizaremos cada uno de estos factores, detallando por qué creemos que son importantes y las empresas que lideran cada campo. Pero antes, veamos por qué somos optimistas con respecto a China a corto plazo.
Reapertura para impulsar el consumo
Como hemos indicado, el principal aspecto positivo a corto plazo es la reciente relajación por parte del gobierno de las fuertes restricciones impuestas a raíz del covid. Esto tendrá un gran impacto positivo al liberar la demanda de consumo contenida de bienes y servicios, que se había visto gravemente frenada por las limitaciones de circulación. También se normalizará la producción manufacturera local, lo que debería aliviar los problemas de la cadena de suministro, no sólo locales, sino también mundiales.
Perspectivas económicas "opuestas" a las de otros lugares
Todo ello debería impulsar el crecimiento económico de China. El abrdn Research Institute (aRI) elevó recientemente su previsión de crecimiento real del PIB para 2023 del 2,9% en 2022 al 5,5% este año. Mientras tanto, la ausencia de presiones inflacionistas en China debería permitir una política monetaria mucho más flexible que en gran parte del mundo.
En cambio, debido en gran parte al impacto negativo de un endurecimiento monetario sin precedentes, el aRI prevé una ligera contracción del PIB real estadounidense del -0,1% en 2023. En muchas otras regiones desarrolladas, incluida Europa, también prevalecen las condiciones débiles y las subidas de tipos. En resumen, el contexto político y de crecimiento de China es, en cierto sentido, "opuesto" al de gran parte del mundo occidental y, sin duda, favorece los resultados de las empresas chinas.
Valoraciones atractivas en comparación con niveles históricos y con otros mercados
Las valoraciones relativamente atractivas de la renta variable refuerzan nuestra confianza en China. A pesar del reciente repunte, la ratio precio/beneficio (PER) previsto para la renta variable china (12,8 veces) es un 15% inferior a la media de 15 años, mientras que la relación precio/valor contable (P/B) está situada en 1,9 veces, lo que se sitúa en un nivel un 10% inferior a la media de 15 años. En comparación, en el caso de la renta variable de los mercados desarrollados, el PER es de 15,6 veces y el P/B se sitúa en 2,8 veces unos niveles significativamente superiores a los de China; el primero coincide en líneas generales con la media de 15 años de los mercados desarrollados y el segundo es un 29% superior a la media de ese mismo plazo 2 .
¿Cuáles son los riesgos?
En el ámbito del Covid, no puede descartarse la posibilidad de que se vuelvan a imponer restricciones a la movilidad. Sin embargo, dado el aumento de la inmunidad natural y que el año pasado las autoridades observaron un creciente descontento público, la probabilidad de que esto ocurra parece baja. En el frente geopolítico, sigue presente el riesgo de una escalada de las tensiones con Taiwán. Sin embargo, al margen de lo que actualmente puede verse en la prensa, la probabilidad de conflicto sigue siendo baja. Además, la reciente experiencia de Rusia en Ucrania también reduce el riesgo de cualquier contratiempo grave.
Dos de los riesgos específicos de China más significativos son las continuas tensiones comerciales con EE.UU. y la persistencia de los problemas en el sector inmobiliario. Sin embargo, en nuestra opinión, ambos deberían ser manejables tanto desde la perspectiva del crecimiento general de China y la formulación de políticas, como para los inversores activos a través del posicionamiento y la construcción de carteras.
Cinco temas con fuerza para el crecimiento estructural
De cara al futuro, creemos que existen cinco temas clave que impulsarán la economía china en las próximas décadas.
Aspiración y mejora económica: el aumento de la riqueza y el crecimiento de una clase media con expectativas impulsará la demanda de bienes y servicios de primera calidad en las próximas décadas.
Digitalización: el aumento de la conectividad y la adopción generalizada de la tecnología suponen un futuro prometedor para la ciberseguridad, la nube, el "software como servicio" y los hogares inteligentes.
Revolución verde: los responsables políticos de todo el mundo apuestan por un mundo más verde y con menos emisiones de carbono, y China está a la cabeza. Los avances en energías renovables, baterías, vehículos eléctricos e infraestructuras relacionadas ofrecen un gran potencial. La igualdad de red, cuando la energía renovable es igual a la energía existente en la red, podría cambiar las reglas del juego.
Salud: el crecimiento de la renta disponible impulsa la demanda de productos y servicios sanitarios. Las oportunidades son diversas: desde hospitales y proveedores de equipos médicos hasta empresas de investigación y fabricantes de medicamentos y suplementos.
Riqueza: el aumento de la prosperidad se traduce en un crecimiento estructural de la financiación al consumo, los servicios de inversión y los seguros.
En las próximas semanas, iremos analizando cada uno de ellos en detalle.