En 2020, las autoridades de las economías avanzadas introdujeron las medidas de estímulo más extraordinarias de las últimas décadas para evitar que el shock de la pandemia de Covid-19 se convirtiera en una crisis financiera en toda regla.
Sin embargo, según nuestro Research Institute, estos estímulos monetarios y fiscales han estado vigentes durante demasiado tiempo, creando los problemas de inflación a los que muchos bancos centrales están enfrentándose hoy en día.
La inflación subyacente en Estados Unidos se situaba en un 6% incluso antes de que Rusia invadiera Ucrania e inflara aún más los precios de la energía, señala nuestro Research Institute. Ahora la cuestión es el grado de daños que los responsables de la política monetaria deben infligir a la economía mundial para resolver los desequilibrios.
Prevemos una recesión mundial más profunda que el consenso. Aunque es probable que la inflación mundial haya tocado techo, el crecimiento salarial sigue siendo elevado en las economías avanzadas y en algunas emergentes.
La necesidad de que se reduzca la rigidez de los mercados de trabajo, unida a los ya elevados precios de la energía y a la actual perturbación de las cadenas de suministro, hace que no esperemos que los bancos centrales relajen su política monetaria a corto plazo. Es probable que la continuación de este ciclo provoque recesiones en muchas economías a mediados de este año.
En cambio, la inflación sigue siendo benigna en China, lo que permite a las autoridades relajar las políticas monetarias y fiscales para apoyar el crecimiento económico. Esto subraya el ciclo desincronizado de China. Y eso, unido a que las economías de gran parte del resto del mundo están a punto de ralentizarse hace que esperamos que el crecimiento secuencial en China repunte.
Sin embargo, el camino que tienen por delante los inversores en China podría ser accidentado al principio. Las autoridades abandonaron bruscamente a finales del año pasado su estrategia de Covid cero y, evidentemente, no estaban del todo preparadas para pasar a la vida endémica, dadas las bajas tasas de vacunación entre los ancianos y la limitada capacidad del sistema hospitalario.
La eliminación de las restricciones ha hecho que las tasas de infección se disparen, y China podría sufrir más de un millón de muertes relacionadas con el virus. Hasta ahora no hay señales de que el gobierno vaya a introducir medidas para reducir la tasa de infección, lo que implica que la oleada de Covid podría ser excepcionalmente alta, pero desaparecer rápidamente.
Nuestro equipo ha confirmado sobre el terreno que el sistema sanitario está bajo presión, pero afirma que no ha colapsado y que el pico de presión parece haber pasado en muchas grandes ciudades. También hemos observado un aumento de los viajes en metro en ciudades de primer nivel como Pekín y Guangzhou.
Aunque es probable que la fase de reapertura de China sea accidentada, los datos económicos de diciembre fueron mejores de lo esperado y podríamos estar pasando ya el pico de impacto económico.
De cara al futuro, esperamos ver un rápido resurgir del consumo de los hogares, dado el nivel de demanda reprimida por la estrategia china de Covid cero que ha durado años. Sin duda, la relajación de las restricciones ha desbloqueado el gasto en otras economías.
En cuanto a los riesgos para el crecimiento, las autoridades tendrán que gestionar el desapalancamiento del sector inmobiliario. Damos crédito al Gobierno para intentar atajar los insostenibles niveles de deuda. Desgraciadamente, los esfuerzos por desapalancar a los promotores privados han afectado negativamente a la demanda. En consecuencia, la caída de los precios ha disuadido a la gente de comprar propiedades.
Por eso esperamos que las autoridades anuncien estímulos en las dos sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional y el Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, que se celebrarán en Pekín el próximo mes de marzo. Esto podría incluir la reducción de los pagos iniciales de las viviendas o la relajación de las restricciones a la compra de segundas residencias para apoyar la demanda en el sector.
Otro temor de los inversores es la intervención reguladora en sectores como el tecnológico. Pero la noticia de que el multimillonario Jack Ma va a ceder el control de la empresa de tecnología financiera Ant Group podría cambiar las reglas del juego y despejar el camino para la salida a bolsa de Ant Financial. Creemos que sería una señal importante para el mercado de una reducción de la incertidumbre regulatoria.
En última instancia, destacaríamos cuatro razones clave para que los inversores consideren una asignación a la renta variable china ahora, sobre todo porque el mercado ha estado tan deprimido hasta los últimos meses que cualquier repunte del optimismo probablemente le ayudará a recuperarse como una goma elástica.
En primer lugar, China se encuentra en el lado opuesto del ciclo económico de muchos mercados desarrollados, con una inflación benigna que permite a los responsables políticos chinos mantener una orientación monetaria y fiscal acomodaticia. Ello contribuirá a impulsar el crecimiento incluso cuando prevemos que gran parte del resto del mundo esté en recesión.
En segundo lugar, las valoraciones son atractivas. El mercado chino de acciones A cotiza con un descuento de alrededor del 35% respecto a su media de 15 años en términos de precio/ valor en libros[1]. Y lo que es más importante, varias de las compañías que tenemos en cartera registraron un crecimiento de sus beneficios cercano al 20% el año pasado, a pesar de las dificultades macroeconómicas. Nuestra previsión de un resurgimiento del consumo interno chino este año favorecería los ingresos de las empresas.
En tercer lugar, la renta variable china presenta una baja correlación con la renta variable mundial. El mercado chino de acciones A sólo tiene una correlación del 26% con el índice MSCI World[2]. En otras palabras, una asignación a acciones chinas podría ofrecer ventajas de diversificación en un momento en que las economías avanzadas están inmersas en un ciclo de endurecimiento de las políticas.
En cuarto lugar, el Gobierno chino se ha comprometido a fomentar una cultura de la innovación para impulsar el crecimiento económico. En esto cuenta con ventaja, ya que cuenta con un mayor número de licenciados en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) debido al gran tamaño de su población. Ya tiene una gran cuota de mercado mundial en la fabricación y producción de energía solar, baterías y energía eólica.
Nos gustan cinco temas de inversión que confiamos apoyará el Gobierno en consonancia con sus prioridades de depender más del consumo interno y ser autosuficiente en hardware, software y semiconductores para facilitar la competitividad en una era de rivalidad estratégica con EE.UU.
Aspiración: el aumento de la riqueza de la clase media impulsará la demanda de bienes y servicios de primera calidad.
Digital: alineado con la mejora de la productividad y la reducción de costes para impulsar la innovación y el crecimiento.
Verde: China domina la capacidad mundial de fabricación de energías renovables y almacenamiento.
Sanidad: es necesario hacer accesible la asistencia sanitaria dado el rápido envejecimiento de la sociedad china.
Gestión de patrimonios: en línea con el objetivo de convertirse en una sociedad moderadamente próspera en 2035.
- Fuente: abrdn, 8 diciembre 2022
- Fuente: abrdn, septiembre 2022